Momento delicado de la temporada para un Club de Fútbol Talavera de la Reina que pagó su resaca copera con una nueva derrota, la segunda consecutiva en la competición liguera tras el 3-2 en Badajoz y la tercera si tenemos en cuenta ese envite de Copa del Rey que midió a los cerámicos ante la UD Almería.
En el encuentro de este sábado se demostró la línea a la baja que está trazando el conjunto cerámico en los últimos encuentros y que arrancó con el San Fernando en casa, un rival que pese a batirle en casa sí que es cierto que el equipo se libró por la bocina.
Desde entonces el equipo ha entrado en una espiral de resultados que demuestran que el plantel es terrenal tras un arranque de liga superlativo y que estaba claro que en algún momento tenía que llegar un pinchazo que finalmente ha acabado llegando en esta última semana, algo que podía pasar y algo también de lo que también se puede salir.
La cita de esta décima jornada tuvo un primer acto para olvidar de los blanquiazules, por cierto sin poder contar con su director de orquesta Pedro Díaz al estar sancionado por su expulsión ante el Badajoz el pasado fin de semana.
El Cacereño, que también venía de jugar la competición copera entre semana y además con una prórroga de por medio, salió muchísimo más entonado al encuentro, buscando la puerta de Biel Ribas desde el mismo saque de centro y encontrando su premio al atrevimiento al cuarto de hora en una presión en media cancha sobre Javi Rey que desencadenó una acción a la contra en la que Tellechea sentó a los dos centrales talaveranos y cruzó ante Biel Ribas para el 0-1.
No las encontraba en ataque y no estaba nada fino en defensa el Talavera. De hecho una nueva pérdida de bola de Javi Rey casi les cuesta el segundo a los cerámicos, pero esta vez el meta local supo achicar ante Francisco Javier en un remate algo escorado y con poco ángulo del jugador del conjunto verdiblanco.
No había síntoma de mejoría para los de Talavera de la Reina, tremendamente endebles en defensa, como si les faltara una marcha más de intensidad. Ello casi le cuesta a Carlos Dorado un disgusto al perderla ante Iván Fernández pero la vaselina de éste ante el arquero salía lamiendo el palo. Nos íbamos al descanso y la sensación era que los blanquiazules estaban ‘vivos’ por cómo podía ir la cosa.
Llegó el segundo acto y con él los primeros cambios. Precisamente una de las permutas, que daba entrada a Edu Gallardo por Pipo. Sería decisiva para que los locales se metieran de lleno en el encuentro, es lo que tiene lo corto del marcador. Lo hizo muy bien Connor con su centro al segundo palo y el remate del palentino a la red para poner un 1-1 que era oxígeno puro.
Y es que el empate reactivó a un Talavera más reconocible y jugando por bandas. Lo malo es que al equipo está en esa fase de que no le entran y vaya que se las tuvo. Quizá la más clara un balón de medio gol de Dago hacia un Julen Agirre que llegando desde segunda línea enviaba a las nubes. Lo mismo le pasó a un Dago que disparaba en posición franca desde la frontal pero que no tenía fortuna.
El Cacereño sobrevivía y la defensa local les daba la oportunidad de poder volver a tomar la delantera. Lo lograrían los verdes a diez minutos para el final en un pase comprometido de Edu Gallardo a Fontán que veía como Karim le robaba la cartera y cedía a un Lolo Pla que aparecía en el área sin oposición y cruzaba ante un Biel Ribas que sólo podía certificar que el segundo tanto visitante era una realidad (1-2).
De ahí al final todo un quiero y no puedo blanquiazul y un manual de cómo perder tiempo de los verdes, que aguantarían sin mucho sufrimiento hasta nueve minutos de añadido y pescarían los tres puntos en la cancha de un líder que, al término de esta jornada, puede dejar de serlo.
